Descripción

El Gas Hidrógeno (H2) es el más ligero de los elementos (14 veces más que el aire) y es el más abundante del universo y de la corteza terrestre (constituye el 83,9% de la materia visible). En la atmósfera, es un gas incoloro, inodoro y muy inflamable; arde en el aire con una llama casi invisible de matiz azul pálido.
Gracias a  las propiedades químicas que posee, es un agente reductor muy potente.

 

Usos Industriales:

Algunas recomendaciones de seguridad:
Los cilindros que han sido cargados con hidrógeno no deben ser utilizados con otro gas, y de ninguna manera con oxígeno, óxido nitroso o aire.
Es un gas inflamable. Nunca usar hidrógeno bajo presión sin saber manejar correctamente cilindros, válvulas, reguladores, etc.

Debe ser tratado con el mismo cuidado que todos los gases inflamables, evitando el calentamiento de los cilindros o la cercanía a fuentes de ignición. Las válvulas de los cilindros deben abrirse lentamente. Lo mismo debe hacerse al manipular el regulador. No abrir la válvula sin regulador. No  almacenar hidrógeno al sol directo.
No almacenar cilindros de hidrógeno junto a cilindros de oxígeno, ya que la mezcla de ambos gases es explosiva.

No es corrosivo y puede ser usado por lo tanto, con todos los metales comunes no reactivos, a temperatura ambiente y a bajas presiones. Sin embargo a altas presiones y temperaturas (sobre 230°C) el hidrógeno convierte en frágiles algunos aceros que normalmente son dúctiles, por lo que en estos casos se recomienda: Escoger aceros con elevada resistencia al impacto.
Trabajar con tensiones a un 80% del límite elástico. Evitar diseños que impliquen zonas de concentración de tensiones. Desechar contenedores que muestren grietas o indentaciones en la superficie interior. El aluminio y sus aleaciones funcionan bien con el H2. También el cobre y sus aleaciones son apropiados a temperaturas menores de 400°C.