Descripción

Dióxido de Carbono o Anhídrido Carbónico (CO2). Cuando está en condiciones normales, sus propiedades son incoloras e inodoras, con sabor ligeramente picante. Se presenta con bajas concentraciones en la atmósfera (la atmósfera presenta bajas concentraciones de CO2, entre 0,03 y 0,06% en volumen). Cuando está a una presión de -56,57°C y 5,185 bar (75,2 psia) el CO2 sublima, es decir pasa directamente de sólido a gas sin pasar por la fase líquida, que
es lo que sucede a presión normal (1 atm) y a -78,5°C. El CO2, también, se conoce como “hielo seco”.
A presiones mayores de 5,185 bara (4,172 barr) y temperaturas menores de 31,06°C (punto crítico), el dióxido de carbono se presenta en forma líquida y gaseosa simultáneamente, fases que coexisten en equilibrio en un contenedor cerrado.
Usos Industriales:

Algunas recomendaciones de seguridad:
No se debe permitir que los cilindros de CO2 alcancen una temperatura mayor de 55°C en el lugar de  almacenamiento. No dejar al sol. Nunca manejar dióxido de carbono a alta presión sin saber manipular correctamente los cilindros, válvulas, reguladores, etc. Debe usarse un regulador especial que puede ser del tipo
calefaccionado eléctricamente, para evitar la solidificación del CO2 al expandirse el gas cuando el consumo es alto. El CO2 es más pesado que el aire, (53%) por lo que puede acumularse en áreas bajas o cerradas. Deben observarse precauciones de ventilación adecuada en lugares en que se use o almacene, puesto que desplaza el aire y actúa sobre los centros respiratorios. En los cilindros equipados con sifón el CO2 sale líquido. Con excepción de los extintores de incendio, estos cilindros deben identificarse con la palabra “SIFON”, y con ellos no se debe usar regulador de presión.
El dióxido de carbono forma acido carbónico en presencia de humedad. Por este motivo las instalaciones que van a usarse con CO2 deben someterse al siguiente procedimiento de secado: Calentamiento a 120°C por lo menos 30 minutos.