Descripción

El oxígeno, el aire esencial, gas que posibilita la vida, indispensable para la combustión, constituye más de un quinto de la atmósfera (21% en volumen, 23% en peso). Este gas es inodoro, incoloro e insípido. Cuando se enfrenta a presión atmosférica y temperaturas inferiores a -183°C, es un líquido ligeramente azulado, un poco más pesado que el agua. Todos los elementos (excepto gases inertes) se combinan directamente con él, generalmente para formar óxidos; reacción que varía en intensidad con la temperatura. Incrementa la evolución térmica en los procesos de cortar, calentar y soldar. Es también utilizado como gas ionizante en aplicaciones de corte plasma para acero  carbono.
Uso Industrial:

 

Algunas recomendaciones de seguridad:
Nunca utilizar oxígeno a presión sin saber manipular correctamente cilindros, reguladores, etc. Evitar toda  combustión cercana a depósitos o vías de flujo de oxígeno. Evitar la presencia de combustibles, especialmente aceites o grasas, en las cercanías de oxígeno (incluso en el suelo o en ropas). El contacto de la piel con oxígeno líquido (o depósitos no aislados) puede causar graves heridas por quemadura, debido a su baja temperatura. Debe usarse protección adecuada para manejo de líquidos criogénicos. A temperatura y presión normal el oxígeno no es corrosivo y puede ser usado satisfactoriamente con todos los metales comunes, sin embargo debe evitarse el uso de aluminio y sus aleaciones, o de aceros al carbono y de baja aleación, por la combustión exotérmica que puede producirse en presencia de oxígeno puro. Los aceros al carbono no aleados se convierten en un material frágil a las temperaturas criogénicas del oxígeno líquido. La humedad hidrata los óxidos metálicos, con lo cual se expanden y pierden su rol protector, por lo que deben eliminarse de cualquiera instalación que va a usarse con oxígeno.